Normalmente imaginamos que los imanes son objetos sólidos. Sin embargo, gracias a este dichoso accidente, ahora sabemos que se pueden producir líquidos que tienen las mismas capacidades que uno imán.

“Ahora sabemos que podemos hacer imanes que son líquidos y podrían adaptarse a diferentes formas, y las formas realmente dependen de la manipulación externa”, según dice el autor principal del estudio, el doctor Thomas Russell, un distinguido profesor de ciencia e ingeniería de polímeros en la Universidad de Massachusetts en Amherst.

Russell y su equipo crearon estos imanes líquidos por accidente mientras experimentaban con la impresión en 3D de líquidos en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (donde Russell también es científico). El objetivo era crear materiales que sean sólidos pero que tengan características de líquidos para diversas aplicaciones energéticas.

Líquido permanentemente magnéticos

Los científicos crearon estas gotas de menos de 2 milímetros de longitud a partir de agua, aceite y óxido de hierro. Estas mantienen su forma debido a que algunas partículas

e óxido de hierro se unen con surfactantes, sustancias que reducen la tensión superficial de un líquido. Los surfactantes crean una película alrededor del agua líquida, con algunas partículas de óxido de hierro que forman parte de la barrera de la película, y el resto de las partículas quedan encerradas en el interior, dijo Russell.

Luego, el equipo colocó las gotas de tamaño milimétrico cerca de una bobina magnética para magnetizarlas. Pero cuando retiraron la bobina magnética, las gotitas demostraron un comportamiento invisible en los líquidos: permanecieron magnetizadas . Los líquidos magnéticos, llamados ferrofluidos, existen pero estos solo se magnetizan cuando se encuentra